Creo que hay pocas tareas que me gusten menos que las de limpieza, pero por desgracia aún no han inventado las casas con autolimpieza, así que no nos queda más remedio (al pariento y a mí) que hacerlo…
Me pasa, además, que muchos productos de limpieza me resultan muy fuertes y me producen picores en los ojos y nariz, así que poco a poco he ido aprendiendo distintos trucos para limpiar la casa de modo altamente eficiente, es decir, con el mínimo esfuerzo, al tiempo que uso productos lo más ecológicos posible. Y también, que en su momento me dediqué a freír a mis abuelas a preguntas, para que me explicaran cómo limpiaban ellas antes de que se inventaran todos los químicos que usamos ahora. Esto es lo que he aprendido:
1. Limpiar con vinagre: El vinagre es una maravillosa solución de limpieza multiusos ya que desinfecta, desengrasa y abrillanta. ¡Y encima es baratísimo! Para combatir el olor tan fuerte que deja, lo que hago es mezclar 2 partes de vinagre con una de agua y 5 o seis gotas de un aceite esencial; y uso esta solución para la limpieza de todos los muebles y suelos. ¡Infalible! Esta misma solución la uso también para rellenar la conga cuando la pongo a fregar, así consigo una mejor eficiencia.
2. Las bayetas de microfibra: si no las habéis usado nunca, estáis tardando en haceros con unas. Simplemente con mojarlas, sin necesidad de productos adicionales, tienen una capacidad de limpieza altísima. Y para limpiarlas sólo necesitamos jabón natural. ¡Nada dejará tus cristales y espejos tan limpios! Las pùedes encontrar en todos los supermercados, y algunos incluso las tienen de su propia marca, y específicas para cristales. Pruébalas, y ya no las querrás cambiar.
3. El jabón de Marsella: seguro que lo habéis visto anunciado en la televisión, ya que en los últimos años se ha puesto muy de moda. Y es que para fabricarlo sólo se usan ingredientes naturales, como aceite y sosa. Sus usos son múltiples y variados: como lavavajillas, jabón para la ropa, e incluso para el suelo. Lo probé por casualidad, y ya no quiero otro detergente. Ya no sólo por lo limpia que deja la ropa, ¡es que huele de maravilla!
4. Las nueces de lavado: Las cáscaras de las nueces de Sapindus Mukorossi están impregnadas de saponinas, un limpiador natural que al contactar con el agua libera un detergente jabonoso y poco espumoso, perfecto para realizar una limpieza natural. Necesitaremos 8 medias nueces en una bolsita de tela, las meteremos en la lavadora junto a la ropa que queramos lavar. Cada nuez se puede usar en tres lavados. Puedes conseguir las nueces aquí, y duran un montón.
5. Usar un limpiador de vapor: Hace mil años descubrí las vaporetas, que eran estupendas para limpiar persianas, muebles de cocina y similares con poco esfuerzo, aunque, la verdad, el cacharro era un poco aparatoso. Ahora tenemos alternativas más manejables y prácticas como la mopa de vapor Moppy, de Polti, mucho más práctico e higiénico que usar el clásico cubo y fregona. El vapor elimina el 99,9% de los gérmenes y bacterias sin necesidad de detergentes, lo cual para mí es una gran ventaja. Y cambiando el paño (que se lava en la lavadora) podemos usarla para limpiar puertas, armarios, y lo que se nos ocurra, con o sin vapor, incluso para limpiar el polvo con sus paños electrostáticos.
Hola! Yo me he quedado con la mopa vapor Molti….Sirve como mopa, escoba y fregona? Estaba pensando en adquirir algún robot tipo Roomba o Conga pero no se si sería parecido ( auque la Molti sería » manual» ) o más bien serían complementarias. Gracias y un saludo
Buenas.
¿Y usar robots aspiradores? al fin y al cabo usan energía eléctrica y apenas hace falta ponerles sustancias que sean dañinas para el medio ambiente, siempre y cuando reciclemos los componentes que se vayan estropeando y no los tiremos a un contenedor orgánico