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Cuando la alimentación complementaria se vuelve pesadilla

Mi bebé nunca ha comido demasiado, es uno de esos niños que come justo lo que necesita. Ni más ni menos.

Hay bebés que comen más, otros que apenas comen, y los hay que comen lo justo para saciarse.

Hay madres que quieren que el bebé se termine la papilla entera, e incluso ofrecen postre después de la papilla. Y estas madres pueden tener uno de los tres tipos de bebé anteriores.

Y cuando ese tipo de madre tiene un bebé que apenas come o que come lo justo, termina obsesionándose.

¿Pero hasta qué punto esto es verdad?

Cuando mi Cangurín cumplió sus 6 meses empezó su alimentación complementaria. Así que como toda buena madre fui a la consulta para su revisión de peso, talla…( en España es llamada del «niño sano»).

Pues bien, la enfermera me obsequió con una gran pila de documentación sobre la alimentación complementaria. En ésta se hablaba sobre alimentos permitidos, alimentos prohibidos, número de comidas diarias, cantidades de carne, verduras, frutas…

 

papillas bebés

 

Hasta aquí todo genial. Pero al llegar a mi casa y analizarlo bien, sinceramente, aluciné.

Yo miraba a mi bebé de 6 meses y veía todo lo que la enfermera recomendaba que el bebé debía comer y las cuentas no me salían.

Por ejemplo, para las meriendas se recomendaba hacer una papilla de medias piezas de las 4 frutas fundamentales, a saber: manzana, plátano, pera y naranja. Se recomendaba estas cantidades e ir aumentando la de cada fruta hasta llegar a una pieza entera de cada una. Vamos a ver, ¿para merendar 4 frutas? ¡Eso no me lo como ni yo!

Pues si así era la merienda, ya sólo queda imaginaros el resto de pautas para desayuno, comida y cena. Y además ¡con un zumo de frutas entre comidas!

¿Cómo iba a meter tanta comida en un cuerpo tan pequeño? Y además, si le daba tanta comida y el bebé finalmente la admitía, ¿qué pasaba con la lactancia?

Además la enfermera recomendaba darle las comidas antes que el pecho y si el bebé lo comía todo, entonces se le daba la teta de premio. «Ellos son muy listos, y si saben que hay teta siempre que quieran, no comerán bien».

Menos mal que no hice caso a nadie, y que me informé muy bien sobre la alimentación complementaria.

Vamos a ver, ¿por qué se le llama «complementaria»? Pues precisamente por eso, porque complementa. Hasta el año, aproximadamente, la lactancia es más importante que la alimentación complementaria.

Pero esto no significa que debamos dormirnos en los laureles, y dejar que el bebé siga alimentándose EXCLUSIVAMENTE de leche. Es una etapa para que el niño aprenda a reconocer los alimentos, sus diferentes texturas y sabores y que se acostumbre a ellos.

No podemos obligar al bebé a comer ni obsesionarnos en que se coma todo lo que nosotros, o terceras personas, quieren que coman. Sólo conseguiremos que el bebé se acostumbre a que la hora de comer o merendar se convierta en una batalla campal, llena de comida por las paredes (incluso el techo si me apuras), y que realmente lo que debería ser disfrutar por la comida y descubrir un mundo de sensaciones y sabores diferentes, se convierta en odio y frustración.

Esto influirá también en como comerá pasado el año y durante su niñez. No podemos dejar que el niño relacione la hora de comer con algo negativo, porque lo arrastrará para siempre en su memoria ( yo todavía me acuerdo de los platos de lentejas mirándome fijamente y diciéndome: » si no nos comes ahora, nos tendrás para merendar…», era terrorífico).

 

obligar a comer a los niños

 

El bebé tiene tiempo para acostumbrarse a la nueva alimentación, así que no debéis preocuparos si de buenas a primeras el pequeño no come o rechaza algún alimento. Debéis ofrecer variedad de platos y dejar que los reconozca sólo, que interactúe con los alimentos, que se acostumbre a ellos. Es una de las mejores formas que conozco para motivar a un niño a comer.

Nunca forzar ni reñirle, absolutamente nunca.

Sentarlo a la mesa con el resto de la familia es otro punto a favor. Los bebés aprenden por imitación y observar a su familia mientras come, ayudará al niño a familiarizarse con la alimentación.

Hay muchas otras formas de incitar al bebé a comer, podemos recurrir al «Baby Led Weaning» o aprendizaje del bebé de la alimentación sólida por sí mismo, dejarle cubiertos de plástico para que él intente coger la comida…

Los bebés son muy sabios, saben la cantidad necesaria que deben comer, así que estos tips ayudan también a que nuestros bebés aprendan a autorregularse, al igual que lo hacen con la lactancia.

 

La alimentación complementaria no debe suponer una pesadilla como pasa en muchas familias. A veces es duro, ¿pero quién había dicho que la maternidad o paternidad iba a ser un camino de rosas?

 

Me llamo Almu, soy mamá de un bebé de 16 meses y la escritora de Mamá Canguro Blog.

Empecé a escribir cuando me quedé embarazada y desde entonces he ido aprendiendo e informándome sobre el maravilloso mundo de los bebés, el embarazo, lactancia materna y la crianza respetuosa.

Puedes visitarme en soymamakangaroo.blogspot.comsoymamakangaroo.blogspot.com, y espero que disfrutes mucho del post que hoy sobre la alimentación complementaria.

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2 comentarios en “Cuando la alimentación complementaria se vuelve pesadilla”

  1. Educacion emocional

    Hola!!
    Me han gustado las indicaciones que das. Efectivamente, no hay dos niños iguales y uno puede merendar cuatro piezas de fruta y otro media. Los niños tienen capacidad de autorregularse, por lo que no debemos forzarles a comer, sino tener en cuenta las señales que nos dan de si se han saciado o no. Respecto a las orientaciones de las cantidades que te dieron para el inicio de la alimentación complementaria… En fin, hay diversidad de criterios en casi todas las profesiones. Un saludo!!

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