Entre el nacimiento de mi sobrinito (¡ya casi hace 2 años!) y la decoración del nuevo piso no he podido evitar recordar la emoción con la que preparé la habitación del bebé para mi mayor, estando embarazada. ¡Hace 10 años ya!
Por aquel entonces yo pensaba que mi niño usaría su habitación a partir del año, que quizás se echaría alguna siesta en ella… así que, ignorante de mí, la preparé como si la fuera a utilizar en seguida. Qué equivocada estaba, y qué poco sabía de la maternidad… ¡no durmió en ella ni cinco veces! Y es que, tan pronto nació, dormía en su moisés junto a nuestra cama, las pocas veces que no se despertaba y acababa durmiendo pegadito a mí… y cuando el moisés se quedó pequeño movimos la cuna a nuestro dormitorio. Y ya nunca llegó a dormir en la suya, porque nos mudamos de piso antes; tan sólo echó en ella alguna que otra siesta. La verdad es que si la decorara ahora no sería muy distinta de como la preparamos entonces, solo que en lugar de una cuna, habría puesto una cama de suelo, que ahora sé que es una opción mucho mejor.
La decoración de las habitaciones de nuestro hogar es más importante de lo que en realidad se cree, es mucho más que la combinación de colores mobiliario; se trata más bien del efecto que esto pueda tener en nosotros. E incluso aunque duerman en nuestra habitación, en la mayoría de casos será en la suya en la que hagamos los cambios de pañal, donde juguemos con ellos, les leeremos sus primeros cuentos, y tendrán ocasión de poco a poco desenvolverse solos. Por eso es importante que nos paremos un momento a pensar en el tipo de uso que nuestro bebé le dará a su habitación.
Existen mil y unas maneras para decorar, aunque hay dos por los que tengo especial predilección y que son por las que me he guiado: el Feng Shui y la filosofía Montessori.
Feng shui: la armonía, el desarrollo y la tranquilidad
El Feng Shui es una práctica milenaria que asegura que nuestro entorno es el principal responsable de nuestra vida y nuestras acciones, de esta manera es fundamental el flujo armónico en el espacio. La habitación es el espacio más íntimo y personal que existe y en el caso de los bebés es lo que reemplaza al vientre de la madre donde estuvo alrededor de 9 meses, es por ello que es importante que su nuevo entorno le proporcione calidez, amor, seguridad y alegría.
Luz, aire y color
El Feng Shui asegura que todo inicia desde la luz y que esta es la fuente de la vida, así que la luz natural se convierte en la base de lo que será la habitación. El cuarto debe estar perfectamente iluminado siendo bañado por los rayos del sol, se permite la utilización de cortinas y para las noches, se recomiendan lámparas de pared de luz tenue; la ventilación es el segundo aspecto que ayuda al buen flujo del chi, la combinación de estas proporcionara calidez y energía.
El color de las paredes tiene una importante relación con el estado de ánimo, así que se invita a utilizar colores pasteles o neutrales que transmiten tranquilidad en los primeros años de vida, se usa con frecuencia tonalidades de verde o azules. Con el paso del tiempo se puede optar por colores más vivos y vibrantes.
Posicionamiento de los objetos
En cuanto a los muebles se aconseja utilizar muebles de madera que no tengan bordes punzantes y sean sencillos de movilizar facilitando la limpieza; no se debe abarrotar la habitación de juguetes o mobiliario, esta debe ser serena y sencilla para no sobrecargar al niño. El posicionamiento de los muebles debe permitir la libre circulación de la energía y no entorpecer el camino a la cuna, la cual debe estar alejada de la ventana y debe ser apropiada para el tamaño del niño, en los primeros meses se puede optar por un moisés. No se recomienda el uso de alfombras.
Los muebles imprescindibles en la habitación del bebé
Una de las cosas que más dudas me generó fue la elección de muebles. No tenía claro si elegir una cómoda cambiador, o cómoda-bañera-cambiador, o si por el contrario debía elegir un cambiador simple… al final me decanté por una cómoda normal, sobre la que coloqué un cambiador de plástico. A un lado coloqué una cesta con pañales, toallitas, cremas… todo lo imprescindible para los cambios de pañal, vaya. Y en los cajones, la ropita de uso principal: arriba del todo bodies, calcetines y pijamitas. En el segundo cajón, el resto de la ropita, la que no fuera de colgar. Así tenía siempre a mano todo lo necesario para cambiarles. Y debo decir que fue todo un acierto, y que hoy día volvería a hacerlo igual.
Respecto al resto de muebles, quizás cambiaría la cuna por una cama bajita, estilo montessori, y colocaría más estanterías a su altura, con juguetes adecuados en cada momento.
Habitaciones Montessori
El método Montessori es conocido como un modelo educativo alternativo, fundamentado en el respeto al desarrollo de cada niño y la adaptación del ambiente a su etapa de desarrollo. Pero lo cierto es que también es muy relevante la aplicación de esta filosofía en el hogar, pues su aplicación facilitará a nuestros hijos el desarrollo de su autonomía y ayudará al desarrollo de su autoestima.
Si queremos preparar una habitación infantil según los principios montessori, debemos tener que presente que esta debe ser: accesible, ordenada y sencilla. La cama idealmente estará a ras de suelo, como la de la foto, que puedes ver aquí, o esta otra en versión tipi. De aquí parten las recomendaciones que este método realiza en relación al entorno en el cual un bebé debe desenvolverse, ofreciéndole herramientas para ser independiente y libre desde una temprana edad.
La calidez del color
Usualmente cuando se comienza a decorar, el color de las paredes tiende a ser el primero de los asuntos a discutir debido a la variedad que se nos presentan y nuestras preferencias, éste método invita a la utilización de colores cálidos que induzcan tranquilidad, armonía e independencia con el fin de mejorar las calidad de descanso; de estos colores cálidos se recomienda el naranja, el rojo y el amarillo.
Orden e independencia
El inmobiliario se convierte en el segundo dolor de cabeza; se recomienda que estos sean adaptables al crecimiento, implicando una continua transformación. Se reafirma la necesidad de ofrecerle al niño el control de su entorno, dejando a la mano todo lo que pueda ir necesitando a medida que vaya desarrollando capacidades, impulsando su independencia. Por otro lado, un elemento importante es la cama, no se recomiendan cunas ya que limita la movilidad del niño, sino que se exhorta a la utilización de camas a nivel del suelo.
El suelo debe ser cálido, libre de alfombras u objetos con los que el niño pueda tropezarse cuando sea mayor, así que los juguetes y actividades deben estar ordenadas y retiradas, pero siempre al alcance de la mano.
Sé original y crea para los tuyos
¿Quién dice que es necesario seguir las reglas de otros? Crea las tuyas, prepara un tablón de ideas con los estilos y muebles que más te gustan e inspiran, y deja correr tu imaginación.
El juego de los colores.
Se ha demostrado el efecto que tiene el color en la personalidad y actitud de la persona, cómo estos pueden definir actitudes y emociones debido al efecto que tienen en el cerebro. De allí se parte en la necesidad de escoger los colores dependiendo de lo que se pueda buscar o reforzar.
Los colores cálidos como el rojo y el naranja se asocian con la estimulación de la acción, de la pasión, la competencia y la agresividad, estos estimula hasta a los más perezosos y se recomienda combinarlos con colores más dóciles; el amarillo, considerado cálido para algunos, expresa alegría, estimula la creatividad, la autoestima, la esperanza y el optimismo. Se recomiendan toques de amarillo en el cuarto y su combinación con colores cremas para su balance.
Para tranquilizar y relajar, piensa en el azul, el verde y el blanco, los dos primeros resaltan la tranquilidad y la cordura, la naturaleza y la armonía, considerado útil para los bebés intranquilos y nerviosos; en cambio, la inocencia del blanco, promueve serenidad y calma, pero es recomendada su combinación.
Evita colores oscuros como el negro o tonalidades oscuras de azul, verde o morado; son colores que impulsan la sobriedad y se considera negativa para la creatividad, impulsa el cansancio, la depresión y la ansiedad.
Deja a la luz hacer su trabajo.
La iluminación es un punto clave en el descanso y tranquilidad del bebé, una buena iluminación facilitará el descanso para ellos y nuestro trabajo de cuidarlos. La primera recomendación que se realiza es la predominancia de la luz natural ya que esta es fácilmente manejable con cortinas o persianas, y en cuanto a la luz artificial, luces tenues que no encandilen al niño en las noches, se recomiendan lámparas del techo, evitando las lámparas de pie que pueden llegar a ser peligrosas.
La seguridad como principal preocupación
La seguridad es un punto que se debe tener en cuenta cuando decoramos el cuarto de los más pequeños. Cuando pintemos las paredes, la utilización de pinturas no toxicas es fundamental. Además, es importante tener cuidado con los enchufes; lo ideal es que no se encuentren a su altura, y, si lo están, cubrirlos con protectores como estos.
La cuna debe mantenerse lejos de ventanas y radiadores, por el peligro obvio que suponen. Además, debemos asegurarnos que todos los muebles estén bien asegurados: estanterías, cómodas, armarios… deben estar anclados a la pared, pues, por si no lo sabes: ¡a los bebés les encanta trepar por ellos! Por el mismo motivo, deberás asegurar todos los cajones, pues otra de las actividades favoritas de los bebés es abrir cajones, vaciarlos y meterse dentro, subir de unos a otros… así que deben encontrarse apropiadamente asegurados para evitar accidentes. Por último, no se recomienda el uso de alfombras en los primeros meses, pues acumulan polvo y ácaros y pueden producir alergias. De hecho, cuando hay problemas de alergias o atopías recomiendan retirarlas por el mismo motivo.