Antes de ser mamá, ignorante de mí, no sabía qué era eso del puerperio. Fue después de dar a luz y en mi continua búsqueda de información que llegué a la conclusión de que el puerperio es lo que vulgarmente se conoce como la cuarentena. Pensaba que era un período corto, durante el cual el cuerpo de la mujer se recuperaba de lo sufrido durante el embarazo y parto.
Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que es mucho más, y que en realidad es más un proceso psicológico que un proceso físico. Creo que en mi caso el puerperio ha sido el tiempo que ha pasado desde que comencé a ser «la mamá de centollito», hasta que pasé a ser «Flor, la mamá de centollito».
Para mí ha sido una vivencia de autoconomiento única. A pesar de que creo que me conocía muy bien a mi misma, la maternidad me ha abierto tanto las miras que he tenido que hacer un gran trabajo de instrospección para poder reconocerme a mí misma antes volver a abrirme al resto.
Durante el primer año de vida de mi niño para mí no ha existido más que mi niño, mi pareja y yo. El resto, la verdad, eran accesorios absolutamente prescindibles, con la única excepción de mi hermana, que ha sido la única persona -aparte de mi marido- que se ha preocupado de ofrecerme su sincera e incondicional ayuda, algo que nunca le agradeceré lo suficiente. ¡Gracias hermanita!.
Durante ese tiempo mi YO practicamente se ha difuminó, fundido en el NOSOTROS que formábamos los tres, especialmente mi niño y yo, puesto que pasábamos todas las tardes solos. Además he vivido la vuelta al trabajo con bastante pena, era algo que no quería hacer pero por desgracia la economía obligaba, así que cada minuto del día se me hacía corto para dedicárselo a él.
Se que mucha gente no ha entendido ese cambio que dí, esa carencia de necesidad de salidas, peluquerías, modelitos, compincheo, etc. Se me ha llegado a reprochar incluso una excesiva entrega a mi hijo. Pero, sinceramente, me he pasado 20 años de mi vida dedicada en exclusiva a mí misma, a hacer lo que me venía en gana, sin privarme de salir, viajar, comprar, o lo que me pidiera el cuerpo. ¿De verdad es tan grave que dedique uno a mi hijo?
Durante su segundo año de vida poco a poco algo fue cambiando en mí. Fue un cambio tan sutil que no me dí cuenta de ello hasta que prácticamente no se completó. Comencé a necesitar recuperar mi imagen, cosa a la que hasta ese momento no había dado la más mínima importancia. Comencé a preocuparme por mi salud, por un cansancio extremo que había achacado a las malas noches, pero que ya no tenía explicación. Recuperé poco a poco las ganas y el tiempo para leer y también para escribir, aunque con mil interrupciones, buena muestra de ello es el volumen que ha adquirido este blog a lo largo de este año. Empecé a disfrutar e incluso necesitar cosas ridículas como pintarme las uñas, en definitiva a mi pequeño espacio personal independiente.
Así, pasito a pasito y sin apenas darme cuenta, retomé cosas que durante el año anterior no había querido ni necesitado, y me he dado cuenta de que es porque mi puerperio está llegando a su fin. Veo a mi niño y ya no es el bebé pegado a mi teta, ni yo la madre cuyo instinto le pedía permanecer junto a él el mayor tiempo posible. Cada día le veo crecer, dar un paso de gigante, pidiéndome que le deje su espacio, y yo estoy encantada de dejárselo, porque se que está listo, y al tiempo que él gana espacio también lo hago yo. Además las vacaciones han supuesto un antes y un después, volver a compartir largas horas con su padre y no sólo conmigo y tener disponibilidad total de ambos le ha dado una gran carga de seguridad en sí mismo, hasta el punto de que donde hasta ahora me decía «mami ayudame» ahora me dice «mami tu ahí, yo solo».
Y yo la verdad es que me siento feliz. Siento que he hecho las cosas a su ritmo y al mío, sin permitir imposiciones externas ni seguir ritmos marcados por otros. Siento que ambos hemos ido dando los pasos cuando nos hemos sentido seguros, y aunque me he equivocado y me equivocaré infinidad de veces, aunque ha sido un camino en ocasiones muy duro, lo cierto es que mirando atrás no me gustaría haberlo recorrido de otro modo.
Ambos cerramos una etapa, y al mismo tiempo comenzamos otra. Él, con sus terribles dos y el auge de su independencia. Y yo… yo con un millón de proyectos en la cabeza. Pero eso, mejor, os lo cuento otro día 😉
Me encanta tu entrada. Se de lo que hablas perfectamente, hasta ahora yo tampoco habia sentido esa necesidad. Pero ahora empezamos una nueva etapa, amiga. Espero que nos sigamos acompañando en ella. Muchos besos.
ME gusta muchísimo lo que has escrito y me has descrito a mi misma en mis dos puerperios 🙂
Con mi primera hija ni yo misma entendía lo que me estaba pasando…incluso a veces me senti culpable por dejar de lado muchas facetas de mi vida…a mis amigos…
Sin embargo con mi segunda hija ya sabía donde me iba a meter y antes de dar a luz avise a todos mis amigos y familiares de que iba a estar ausente mucho tiempo! jajaja
Yo tambien he notado que mi puerperio ha ido acabando (mi hija tiene 2 años y medio) y me apetece hacer cosas propias, hacer deporte, ir a la pelu, verme más guapa, dedicarle tiempo a mi blog…
En fin, que hay que estar felices, has disfrutado de tu puerperio como el cuerpo te lo ha pedido y ahora disfrutarás de la siguente etapa 🙂
Un besazo!
Aix, qué maravilla leerte!!
Mi puerperio… mi puerperio no ha llegado a su fin, y ahora iniciamos otro… qué locura!! Pero la verdad es que disfrutándolo como nunca hubiera imaginado. Me encanta que te hayas entregado de esa manera y que ahora sigas haciéndolo, dándote cuenta de que poco a poco resurges!!
Un abrazo con mucho amor linda mía!!!
Qué bonito lo que has escrito, me siento totalmente identificada porque también me han reprochado el entregarme tanto a mi niño. Yo les digo que es algo pasajero y que ahora que me necesita tengo que estar con él porque además me lo pide el cuerpo! A la que no se lo pida que no lo haga, pero estoy harta de que se critique a los padres por estar con los niños, qué verán de malo en ello? Enfin, que me ha encantado el post! 🙂
Es que ser madre es lo que tiene, que nos ocupamos de nuestros niños/as durante meses enteros sin importarnos nadie ni nada más. Porque somos protectoras y amorosas con nuestra prole. Sólo existen ellos en esos momentos.
qué razón tienes!! hasta que no los vamos viendo algo más independientes somos incapaces de pensar en nosotras mismas. Pero como todo.. ese momento llega y también hay que disfrutarlo
Me encanto la entrada! me siento muy identificada…que bueno que es respetar-nos los tiempos verdad? los de nuestros hijos y los nuestros propios… Un abrazo fuerte!
Me siento muy idenificada con lo que escribes!!mi hijo va camino de los 17 meses y te puedo decir que mi puerperio no ha terminado….en breve he de reincorporarme al trabajo y eso me obliga a mirar algo mas por mi ( tendre que vestirme como dios manda,peluqueria,manicura etc) pero esto es x necesidad ecomomica.Realmente mi necesidad d momento es estar cn él,cuidarlo,mimarlo….la gente alucina cuando les digo q en 16 meses y medio no he salido ni una noche,ni he ido cn mi pareja los dos solos. Esq no me siento preparada,para mi la salida ideal es en familia,los 3 juntitos…. Estoy loca?? no creo,tengo 30años y toda una vida por delante;si no puedo estar 1,2,3 años volcada en mi hijo….apaga y vamonos.
Es mi opinion jeje. besossssss
No me imagino esta nueva etapa y todas las que vendrán sin vosotras, mis comadres. Qué afortunada he sido de encontraros, y de teneros tan cerca, a pesar de estar tan lejos… ¡un abrazo!
Gracias Pilar! En verdad he sido afortunada, porque he sido capaz de escucharnos a nosotros y disfrutarlo a pesar de las interferencias.
Es curioso, nuevamente hablamos de dejar que las cosas fluyan, de no forzarlas… ¡qué empeño tiene esa sociedad en forzarlo todo, en hacerlo siempre antes, antes, antes!
Un abrazo y gracias por pasarte!
Ay guapa, eso si que me parece complicado, yo hasta hace unos meses ni me planteaba el segundo, porque no nos veía preparados… ahora empiezo a verlo 😉
Estoy deseando leer ese relato de parto, a ver cuando te dejan dos minutos para que nos lo regales.
¡Un abrazo preciosa!
Yo tampoco entiendo por qué tanta ansia de criticar a quienes queremos pasar el máximo tiempo posible con nuestros hijos… No me cansaré de decirlo: tantos años dedicada a mí misma, ¿Qué delito tiene dedicar dos a mi hijo? Al próximo que me insinúe lo más mínimo se lo suelto, ea, a ver qué responde 😉
Gracias por comentar Bea, y bienvenida!
Tú lo has dicho: ser MADRE. Para mí lo define todo. Quien no lo entienda, que se lo mire 😉
Un beso guapa!
Cierto es, todo llega, sólo hay que esperar a que las cosas vayan transcurriendo… hace unos meses ni siquiera adivinaba lo que ahora veo. Y qué feliz me siento de haberlo vivido así…
¡Un abrazo guapa!
Ay Bren, si que es importante si… ¡cuánto sufrimiento vano nos ahorraríamos si nos enseñaran más a escucharnos y respetarnos nuestros ritmos! Y lo que nos enseñan los peques sin querer 😉 Un abrazo linda!
Pues así me he sentido yo hasta hace nada, aunque en mi caso me incorporé a los 6 meses, imagínate… No te apures, ya ves que todo llega, y si te fuerzas al final pasarás un mal rato y no lo disfrutarás. Cuando llegue el momento lo sabrás 😉 Nosotros a ver si nos animamos a salir a cenar un día de estos… si nos dejan, que luego viene la cara B, que es «¿quien se queda con el peque para que salgamos?» jajajajaja ¡Bienvenida, y gracias por comentar!
Hace tres meses que fui madre y espero la vuelta al trabajo con horror, porque quiero que crezca a su ritmo, y yo con él, y va a ser imposible. Sé que pasará y nos adaptaremos, pero es cierto que mw siento como si estuviera em el puerperio aún.
Ánimo Patricia, te entiendo perfectamente, a mí la vuelta al trabajo me daba horror. Por si no te lo has planteado… ¿te aceptarían/ te puedes permitir un mes de excedencia? Yo junté vacaciones, lactancia, pedí un mes a mayores, y conseguí llegar hasta los seis meses. Sigue siendo muy bebé, pero al menos ya estaba comenzando a comer fruta, a mí eso me tranquilizaba.
Un abrazo!
Me gusta mucho esta explicación del puerperio. Te entiendo perfectamente y es duro que cueste tanto aceptarlo y que lo acepte el resto. Efectivamente hay algo que nos hace dejar a un lado muchas cosas que antes nos llenaban y ahora nos llenan otras. ES bueno entender que eso también es pasajero y evolutivo. Yo hoy veía a una mujer con ropa impecable en una película y pensé… ¿algún día llevaré ropa sin que acabe llena de papilla, yogur, leche, y mil manchas? 🙂 Lo importante es disfrutar con cada etapa y gozar, porque es un verdadero gozo, de todas las vivencias que nos hacen realizar un viaje interior de este tipo: conocerse, ponerse a prueba, cuestionar ciertos muros inquebrantables…
Hola guapísima!
Me ha encantado este viejo post! Estoy muy de acuerdo y me he sentido muy identificada con algunas de las cosas que has contado. Aunque ya sabes que mi recién estrenada maternidad fue por otros derroteros… Pero en ciertos momentos tuve las mismas necesidades que describes.
Un besote!
No somos conscientes del cambio radical que supone la maternidad hasta que realmente sucede. Me siento plenamente identificada con esta descripción de puerperio y a día de hoy con mi bebe de 8 meses, sigo estando en lleno puerperio y 24h del día se me hacen pocas para disfrutar de mi niña.
Yo tb pienso q la cuarentena es mucho más! Creo que marca un antes y un después, tanto físicamente para nosotras como para el bebé, es la primera etapa del resto de nuestras vidas. Y si q pasado un tiempo, conforme nuestros niños van teniendo más autonomía, nosotras vamos buscando la nuestra! Besos