Ahora que empieza el sol y pasamos muchas horas en la calle, usamos mucho las gafas de sol, de hecho pasan a ser el complemento estrella que nunca olvidamos en casa. Seguro que, como yo, os habréis comprado más de una vez gafas de sol en cualquier tienda, simplemente porque eran bonitas, y sin darle demasiada importancia a la calidad de los cristales. ¡Error! Y de los más frecuentes, además…
Y es su función no es sólo impedir que el sol nos moleste, sino también, y más importante aún, proteger nuestra vista del daño de los rayos solares. Por eso, es importante prestar atención al tipo de gafas que escogemos.
Si quieres cuidar bien de tu vista, y elegir las gafas de sol correctas, toma nota de los siguientes consejos:
- Elige con cuidado tus gafas de sol, pues no todas las opciones son buenas. No es necesario irse a las más caras, pero sí es recomendable adquirirlas en comercios especializados y optar por gafas de sol polarizadas, son la opción más adecuada para nuestros ojos porque bloquean la luz reflejada y reducen la fatiga ocular, y además ahora mismo están muy de moda. ¡Acierto doble!
Aunque no caducan, debemos revisar que los cristales no estén rayados ni hayan perdido color, en cuyo caso deberíamos cambiarlas.
El color de la lente no influye en su calidad, en realidad la elección de uno u otro es algo muy subjetivo, aunque en casos de fatiga ocular se recomienda optar por el verde, por ser el que ofrece más confort visual.
Si te molesta especialmente la claridad, opta por gafas más grandes y de patilla más ancha: a mayor tamaño, mayor zona de cobertura y por tanto mayor proteccion.
Además, recuerda, para proteger bien tus ojos del daño solar:
- Presta especial atención a las horas clave: primera y última hora del día. Esto es muy curioso, porque personalmente es cuando menos me molesta el sol, pero son las horas en que el sol daña más nuestra vista.
Usa complementos adicionales como sombreros y gorras, pues son un bloqueo adicional a la radiación que recibe nuestra vista.
Tanto si usas lentillas desechables como si no, se recomienda usar gafas de baño tanto en el mar como en la piscina, pues en ambos casos existen agentes irritantes (cloro y bacterias) que pueden generar problemas en tus ojos.
Cuidado con el aire acondicionado: reseca los ojos, y este daño puede llegar a cronificarse. A mí me sienta fatal, por cierto, así que lo evito muchísimo…
Es curioso porque soy muy minuciosa -rozando lo maniática- con la protección solar en los pequeños, de hecho ya hablé por aquí de cuidar su vista y también de protegerles correctamente, pero siempre me acaba despistando de mí misma, ¡y no puede ser! Que además ya sabéis que los peques copian todo lo que nosotros hacemos, así que si cuidamos nuestros ojos ellos también lo harán. Como en todo, vaya.