Los parques infantiles pueden ser un elemento útil para los padres cuando los bebés están en plena etapa de exploración, pues se trata de espacios donde los bebés pueden ir conociendo el mundo que les rodea y adquiriendo habilidades sensoriales y psicomotrices en un entorno seguro. Esto puede resultar muy útil a las familias en momentos en que no pueden estar pendiente del bebé, y por tanto puede peligrar su seguridad, pues cuando los bebés están en la etapa de exploración no paran de intentar levantarse, trepar, coger cosas de todas partes… si temes que tu bebé pueda hacerse daño mientras realizas otras tareas, un parque infantil te puede brindar la seguridad necesaria.
Presentes en la infancia de los pequeños desde hace décadas, el primer apunte interesante de los parques es que se adaptan muy bien a los cambios y las innovaciones. Hoy en día encontramos en el mercado modelos con todo tipo de posibilidades para que los bebés se entretengan de manera segura, sin poner en riesgo su integridad pero encontrando retos para fomentar su desarrollo.
¿Qué ventajas ofrecen los parques infantiles para bebés?
Estos escenarios son apropiados para ser usados en la más tierna infancia de los niños, cuando todavía son bebés. Entre los seis y los doce primeros meses de vida, los neonatos sienten la necesidad de descubrir nuevos espacios y conocer cómo es el mundo que habitan.
Aunque la opción prioritaria siempre es el juego libre en espacios abiertos, utilizar puntualmente un parque infantil para bebé de este tipo ofrece total seguridad para él y aporta tranquilidad a los padres, en aquellos momentos que no pueden estar pendientes de él al 100%. De este modo, los pequeños adquieren nociones de equilibrio, disponen de un espacio seguro para jugar, alejado de daños, y aprenden a orientarse. Además, los dispositivos de este tipo son cada vez más completos, para favorecer esa intención de adquirir nuevas habilidades, practicar nuevos movimientos corporales e incluso comenzar a gatear o a intentar dar sus primeros pasos.
Con los parques infantiles, los bebés también ganan en autonomía e independencia, se sienten menos necesitados de los padres. Para los adultos, este elemento es igualmente muy positivo, pues el bebé ya no se convierte en su única preocupación y puede ganar tiempo para otras tareas. En cualquier caso, esto solo debe ocurrir cuando el bebé tiene unos meses de vida, y siempre la vigilancia debe ser constante.
¿Qué dispositivos se pueden denominar como parques para bebés?
Los parques infantiles para bebés han evolucionado mucho desde aquellos modelos iniciales de hace décadas que prácticamente eran como una cuna. En la actualidad, el sector de la puericultura ofrece dispositivos para todos los gustos y que se ajustan mejor a determinadas circunstancias, como la edad del bebé, su instalación en interiores o exteriores, el tipo de accesorios que incluye.
La cuna-parque infantil, por ejemplo, es la tipología que agrupa a los parques más convencionales. Destacan por su versatilidad, pues actúan como parque pero pueden servir también como cuna de viaje. Solo están indicados para niños menores de 18 meses, pues sus dimensiones son reducidas.
El clásico parque infantil rectangular o cuadrado disponen de una base cómoda, segura y resistente, algo elevada del suelo. La estructura puede ser de diferentes materiales. Normalmente se pliegan y tienen ruedas para desplazarlos más cómodamente. Los laterales incorporan una malla translúcida, para que el pequeño vea lo que ocurre fuera del parque.
Otra opción que no se asemeja a la idea de parque infantil como tal son los paneles modulares o las barras de seguridad. Consisten en barras o piezas verticales que se colocan sobre el suelo para delimitar el espacio por donde se mueve el bebé. La ventaja principal es que son progresivos, es decir, se pueden incorporar más piezas a medida que el pequeño va creciendo y necesite más espacio.
Los dos primeros ofrecen ya un firme cómodo para el bebé, agradable al tacto, pero las barras modulares no cuentan con este sistema, de modo que hay que colocarlas sobre otro material que tenga esa característica.
Por el contrario, los paneles modulares se pueden situar también en exteriores, como por ejemplo el jardín. La clave es que los pequeños tengan espacio para jugar y sentirse cómodos, y que esto ofrezca tranquilidad a los padres sabiendo que sus hijos están seguros.
¿A partir de qué edad se pueden utilizar los parques para bebés?
No existe un momento concreto general para que los bebés hagan uso de estas instalaciones, pero lo habitual es a partir del medio año de vida, pues es cuando aprenden a gatear y a mantenerse sentados.
Desde ese momento ya pueden jugar de manera autónoma y sacar partido de los parques infantiles, aunque hay que adaptar la instalación a su edad y sus capacidades. Los modelos con carruseles o toboganes, que también los hay en el mercado, pueden resultar un poco más peligrosos.
Con respecto a sus dimensiones, la altura mínima recomendada son 60 centímetros, para que encuentre dificultades a la hora de salir de él, y el espacio disponible no debe ser inferior al metro cuadrado, pues de lo contrario sentirá sensación de agobio.