En el mundo actual las personas vivimos en un entorno exigente. Especialmente las mujeres, a quienes se nos impone, por defecto, una presión en el día a día que puede desembocar en estrés. Ser buenas madres, tener éxito en su trabajo, un hogar sano y limpio… Todo ello, sumado a la rutina diaria, puede provocar una autoestima baja, al tener la constante sensación de no ser sufiente, de no llegar a todo. Una condición que, si no se afronta desde una perspectiva correcta, puede llevar a consecuencias psicológicas.
Primero, es necesario tener clara la respuesta a la siguiente pregunta: ¿qué es la baja autoestima? Se habla de este concepto en personas que tienen una consideración negativa de ellas mismas, que no se valoran lo suficiente y, no solo eso, sino que se comparan constantemente con los demás y piensan sobre ellos bajo unos criterios que, de forma inconsciente, no aplican al resto.
La baja autoestima es habitual también en mujeres que acaban de ser madres. El cambio repentino en la vida diaria que supone el embarazo y, después, cuidar del bebé recién nacido, conlleva una serie de procesos de aceptación que no siempre se llevan de la mejor forma. De nuevo, las autoexigencias aparecen en una situación que se debe hacer frente con calma y precaución.
Causas
En este sentido, ¿qué causas denotan la baja autoestima en mujeres que acaban de ser mamá? Existen varios que siguen un patrón común: una valoración negativa de sí mismas y una constante comparación con el entorno. Antes de buscar una solución, es importante saber identificar las causas para, también, trabajar en su prevención.
Altas exigencias
Si en una vida normal ya existen multitud de exigencias que provocan estrés, esto es algo que aumenta cuando llega un bebé a la familia, especialmente en la madre. Ahora no solo tiene encima la presión de cumplir con su día a día, sino que también siente que debe esforzarse al máximo por ser una madre diez.
La presión de los retos
Siguiendo el hilo del punto anterior, las altas exigencias, tanto del entorno como las autoimpuestas, se convierten en ocasiones en retos. Estos retos, en un principio, puede suponer una motivación extra para la nueva mamá, pero deben afrontarse con cautela porque, con todos los quehaceres que conlleva un bebé, el hecho de no llegar a todo en la rutina diaria puede llevar a la frustración.
Responsabilidad exclusiva
También relacionado con lo comentado hasta ahora, aquí hablamos sobre el reparto de responsabilidades con todos los cambios que supone tener un hijo. Esa distribución de tareas entre la pareja o personas responsables es clave para que todas no caigan sobre una sola, y evitar dos problemas: la mencionada frustración, y el malestar de sentirse sola y que la pareja no se involucra lo suficiente.
Falta de referentes
Existen personas en cuya infancia no han tenido un referente materno o paterno sólido, un condicionante que, cuando llega la edad adulta y se tienen hijos, puede llevar a aumentar la exigencia por ser una buena madre. De nuevo, la presión extra que, si no se maneja adecuadamente, puede tener en la baja autoestima su probable desenlace.
Síntomas
Es importante saber identificar los síntomas que denotarán de forma clara cuándo una mamá novata sufre baja autoestima. Conocer estos síntomas es también fundamental para, desde el punto de vista personal, estar alerta y, desde fuera, detectarlos para ayudar a esa persona a superar una situación complicada con muchas responsabilidades.
Compararse continuamente con otras madres
Un síntoma común entre todas las personas con baja autoestima es la continua comparación que hacen de ellos mismos con el resto de individuos de su entorno. En este punto, las madres no son una excepción: la autovaloración siempre es negativa y bajo unos criterios y parámetros que nunca valoran al analizar a otras personas. Estas comparaciones llevan a pensar que cualquier otra mujer es mejor mamá que ella.
Sentimiento de incapacidad
Al mismo tiempo que las comparaciones no cesan y se sienten peor madres que el resto, estos pensamientos llevan a sentirse incapaces de llevar a cabo todo lo que conlleva en el día a día a traer un bebé al mundo. Es un síntoma importante puesto que afecta directamente a la autoestima y en el que cobra una importancia negativa la frustración de no cubrir todas las necesidades porque no existe tiempo suficiente.
Miedo a lo novedoso
Tener un hijo es, a todos los niveles, una novedad que cambia de forma radical la vida de una mujer. Una baja autoestima puede llevar a desarrollar miedo a cualquier novedad y a evitar cualquier opción de ayuda por considerarla un riesgo. Es importante atajar estos pensamientos que pueden cerrar caminos que realmente representen un alivio para el día a día y que de verdad ayuden a avanzar con calma y éxito.
Temor a compartir sus sentimientos
En este sentido, una madre con baja autoestima también tiene temor a expresarse. ¿Por qué? Porque se siente inferior, de poca utilidad y con miedo, y precisamente teme hacer saber al resto de personas de su entorno cómo se siente por miedo a reafirmarse en esos pensamientos. Se trata, como dice el dicho, del pez que se muerde la cola, pero es algo que se da en la vida diaria de muchas madres primerizas.
Conocer las causas y los síntomas de una baja autoestima es fundamental para evitar problemas mayores en aquellas mujeres que acaban de tener un hijo. Ser mamá es una etapa maravillosa y emocionante, pero que también puede generar problemas como consecuencia del entorno que conviene evitar o, en su defecto, tratar a tiempo. Para ello, la ayuda de un profesional siempre será la mejor opción.