Desde que conocí la historia de Gabriel hay una pregunta que me ronda por la cabeza.
¿Cómo es posible tanta irresponsabilidad a tantos niveles?
¿Cómo puede ser que haya fabricantes que, con toda la información en la mano, siguen haciendo sillas de grupo I de frente a la marcha?
¿Por qué no se plantan y nos dicen a los padres: «No voy a fabricar más este tipo de sillas porque no sirven para proteger la vida de tus hijos»?
¿Por qué hay tiendas de puericultura que siguen vendiendo sillas de coche sin formarse adecuadamente para ello?
¿Por qué hay tiendas de puericultura que, sabiendo que viajar a contramarcha es lo único seguro para los menores de 4 años, siguen vendiendo sillas de frente sin el más mínimo remordimiento?
¿Por qué la DGT no promueve leyes que protejan la vida de nuestros hijos, pese a conocer y defender la importancia y la necesidad de viajar a contramarcha?
¿Por qué NADIE* hace nada para asegurar que los padres recibamos la información necesaria para llevar a nuestros hijos seguros en el coche?
Estas preguntas me han atormentado durante meses, pero hoy por fin he sabido la respuesta.
Nadie cumple su responsabilidad porque esto es España.
Si esto fuera Estados Unidos, hoy una madre llamada Elena y un padre llamado Fernando estarían presentando una demanda multimillonaria contra tienda, fabricante, DGT y Estado por la muerte de su hijo Gabriel en accidente de tráfico, como co-(i)rresponsables en su fallecimiento. Y ganarían, vaya si ganarían. Y eso sin duda marcaría un antes y un después, y haría que muchas cosas cambiaran. Porque para eso sirven estas grandes demandas, para poner la realidad sobre la mesa y obligar a que se hagan las cosas bien.
Pero esto es España, y aquí las cosas no funcionan así.
Así que en lugar de una demanda, lo que Elena y Fernando han presentando es una petición a través de change.org para que cambie la ley, para que las sillas a contramarcha sean obligatorias hasta los 4 años, protegiendo así la vida de nuestros hijos, como se espera de ellas.
Yo no puedo daros justicia, ojalá pudiera. Pero lo que sí os voy a dar es mi firma y todo mi apoyo en vuestra lucha.
En nuestra lucha.
Para que no haya ni un niño Español más muerto en las carreteras, FIRMA.
* obviamente excluyo del «nadie» a todo el movimiento a contramarcha. Sin su trabajo estas sillas ni existirían en España.
Me llegó la petición hace ya unas semanas y pensé exactamente lo mismo que tú, si hay evidencias más que claras de que las sillas a favor de la marcha no protegen a los pequeños, ¿por qué se siguen fabricando? Supongo que habrá intereses económicos de por medio (como en todo), pero es increíble que se ponga la seguridad de los más pequeños por detrás del dinero que pueden ganar las empresas.
Un saludo
El tema de la maternidad parece que todo el mundo es el «padre perfecto de los hijos de los demas». Yo también pensé en dar el pecho, pero cuando llegó el momento no pude por tener una obstrucción. Mi entorno me hizo sentir tan culpable que caí en una depresión post-parto y no quería ni mirar a mi hijo porque pensaba que le estaba fallando como madre… Cada madre/hijo es un mundo y hay gente que tiene que aprender a respetar y sobre todo, aprender a cerrar la boca y no añadir más leña al fuego.
Gracias por tu artículo. Un saludo
https://nadiemelodijoblog.wordpress.com/