Cuando comienza el buen tiempo las madres nos afanamos en poner crema y gorros a nuestros hijos, pero ¿cuidamos adecuadamente sus ojos? Por ejemplo, ¿sabes si es suficiente usar una gorra con visera? ¿O a qué hora del día el sol es más daniño para nuestra vista? Toma buena nota.
Con el comienzo del sol y el verano, que ya está a la vuelta de la esquina, las madres comenzamos con nuestra rutina de cremas y gorras. Pero hay una parte del cuerpo que debemos cuidar también con mimo, y sin embargo no lo estamos haciendo del todo bien: la vista. Y es que nuestros ojos, al igual que la piel, tienen efecto memoria para la exposición solar, y sus daños son permanentes. Por este motivo es importante comenzar a protegerlos del sol ya desde niños.
Cómo proteger la vista de los niños del sol correctamente
Seguro que como yo pensábais que con ponerles una gorra con visera o con colocarlos bajo la sombrilla es suficiente… ¡error! Es necesario que usen gafas de sol, ya que hasta los 12 años los cristalinos de los niños son casi transparentes, lo cual los hace especialmente vulnerables a los rayos solares. Además, sus gafas deben estar homologadas y tener filtro solar, debemos tener cuidado con esto porque no todas las gafas cumplen este requisito.
Los niños deben usar gorro y gafas de sol siempre que vayan a estar expuestos al sol. Si están a la sombra deben usar gafas igualmente.
Otro de los errores frecuentes es pensar que las horas donde el sol está más bajo son las menos peligrosas para la vista. ¿Quién se pone las gafas por la mañana o cuando el sol se está poniendo? ¡Yo no! Pues para mi sorpresa esas son precisamente las horas más peligrosas para la vista, pues la posición del sol hace que sus rayos incidan directamente en nuestra vista.
También es erróneo pensar que los días nublados no hace falta proteger la vista; las nubes no impiden el paso de las radiaciones, y por lo tanto nuestra vista sufre lo mismo brille el sol o no.
Las horas más peligrosas para la vista son las primeras de la mañana y las últimas de la tarde.
También es importante el lugar donde nos encontremos. La nieve es el entorno más peligroso para nuestros ojos, pues refleja la radiación y aumenta el daño hasta 100 veces más. ¡100 veces más! El agua y la arena también producen ese efecto espejo, por eso es especialmente importante usar gafas de sol en estos casos, y limitar la exposición cuando no las usemos. ¡También los niños, no lo olvidemos!
El agua del mar puede aumentar el daño de los rayos solares hasta un 30%
Así que si no teníais gafas de sol para vuestros niños os aconsejo visitar a vuestra optica de confianza para que os asesoren sobre las más adecuadas para ellos y que cumplan con todos los requisitos para proteger su vista como es debido.
Muy interesantes la información. Al enano le ponemos gafas desde que no se le caían por tamaño jajaja. Pero no me parece fácil encontrar gafas chiquititas.
Hecha la encuesta por supuesto!!!
Nosotros también, pero la verdad es que no sabía que era tan importante y tampoco las usaba todo lo que debería. En óptica encuentras de todos los tamaños, y también algunas tiendas de puericultura las tienen 😉
¡Gracias bollo! :*