El embarazo es una etapa para la mujer que implica prestar más atención si cabe a su salud física y mental, pues en su interior se está gestando una nueva vida. En las 40 semanas de gestación, las futuras madres se enfrentan a todo tipo de cambios en su cuerpo, desde la ganancia de peso hasta una revolución hormonal que les llevan a tener que moderar la ingesta de alimentos e incluso cuidar los medicamentos y suplementos que toman.
En el apartado médico, organismos de salud internacionales como la OMS, así como muchos doctores, recomiendan no tomar medicamentos a no ser que sea estrictamente necesario, especialmente durante los tres primeros meses de embarazo, pues es la fase en la que se forman los órganos del bebé.
Sin embargo, en ocasiones sí hay que someterse a tratamientos médicos a través de fármacos, pues pueden aparecer problemas de salud que conviene tratar a tiempo para que no repercuta en un empeoramiento de la situación o acabe afectando al bebé.
En esos casos hay que acudir siempre a las indicaciones médicas, consultar con el médico de cabecera o el ginecólogo para que conozca la situación y pueda controlar el estado de salud de la futura mamá.
¿Qué medicamentos se pueden tomar en el embarazo?
Una vez ha quedado claro que es posible tomar medicamentos en el embarazo, pero que hay que hacerlo siempre bajo criterio médico y la recomendación generalizada es no hacerlo, llega el turno de saber cuáles son esos fármacos que están permitidos.
Algunos antipiréticos, como el Acetaminofén (Tylenol) son muy efectivos para paliar episodios de fiebre y de dolor. Asimismo, no existe impedimento, únicamente la prescripción médica, para iniciar tratamientos con penicilina y determinados antibióticos.
Las mujeres que son seropositivas pueden seguir tomando antirretrovirales, y de hecho es algo que deben hacer para mantener a raya su propia salud y evitar la transmisión perinatal.
En esta lista se cuelan otros fármacos que controlan el nivel de presión arterial, así como los medicamentos para el asma y algunos que tienen como fin tratar la depresión. En todo caso, lo realmente importante es seguir las indicaciones de un especialista de salud.
¿Cuáles son los fármacos a evitar?
Al igual que hay muchos alimentos que se deben evitar en periodo de gestación, con los medicamentos ocurre más de lo mismo. La lista es muy larga, de ahí la necesidad de consultar siempre con el médico de cabecera o el ginecólogo.
El ibuprofeno y la aspirina, que son fármacos muy habituales para el dolor, no son recomendables, pero el paracetamol sí se puede tomar. En caso de necesitar un analgésico, el medicamento que normalmente se prescribe en el paracetamol.
Por otra parte, algunos fármacos que pueden generar problemas en el primer trimestre sí pueden ser seguros más adelante, de ahí la necesidad de atender escrupulosamente las indicaciones de los especialistas en salud.
¿Qué ocurre con vitaminas y suplementos nutricionales?
Harina de otro costado, aunque guarda mucha relación, es el tema de los suplementos nutricionales y las vitaminas. En el embarazo, la mujer tiene que cuidar mucho su alimentación y llevar una dieta equilibrada, dentro de sus limitaciones, para mantener su salud a raya y evitar complicaciones en su bebé.
Esto lleva a que consumir vitaminas prenatales y suplementos alimenticios sí sea una práctica obligada. El calcio y la vitamina C, por ejemplo, son nutrientes indispensables, y lo mismo ocurre con el hierro y el ácido fólico. El calcio refuerza los huesos y contribuye a una buena formación de los huesos del bebé.
El hierro ayuda a producir más sangre y con ello llevar más oxígeno al feto, mientras que el ácido fólico previene posibles defectos del tubo central. En el caso de la vitamina C su ingesta es apropiada para potenciar el sistema inmunológico y maximizar la capacidad de absorción del hierro. Además, este nutriente ayuda en el desarrollo celular del bebé.
Medicamentos y suplementos nutricionales son importantes para la mujer durante el embarazo, pero hay que permanecer siempre atento a las indicaciones de los especialistas y, en caso de tener que adquirirlos, la mejor opción es comprar en una parafarmacia con servicio online y de entrega a casa.
Esta solución es la más cómoda para mujeres embarazadas, especialmente en situación de pandemia, pues así no hay que salir de casa, y toda la información relacionada con estos productos y el proceso de compra aparece detallada en la web.