Lo confieso: lo mío no son las rutinas.
Sé que se supone que a los niños les viene bien llevar una cierta rutina (¿o no?), e intento hacer las cosas de un modo más o menos ordenado: hacer las comidas a la misma hora, respetar los horarios de sueño y dormir, repetir costumbres como lavarse las manos antes de comer y los dientes después… aunque evidentemente si un dia está más despejado o estamos fuera y con ganas de juerga pues se acuesta más tarde y punto, que un niño no es un gremlim con el que haya que cumplir escrupulosamente las instrucciones so pena de que se convierta en un monstruo…
De todas formas ya os digo que se me da un poco mal esto de las rutinas, supongo que porque yo misma soy un desatre organizativo, y aunque intento mejorar y ser más organizada lo cierto es que me cuesta, y eso se nota…
Sin embargo, hay una rutina que centollito y yo cumplimos escrupulosamente cada mañana desde que, hace ya un año, comenzó a ir a la guardería:
Entrada de casa. Mamácentolla le da un beso a papacentollo, abraza fuerte fuerte fuerte a centollito y lo cubre de besos.
¡Pasalo bien en la guarde centollito!
Papacentollo coge a centollito en brazos, y salen por la puerta.
Mamacentolla se asoma a la puerta para decir adiós a sus dos chicos… Papacentollo llama al ascensor, y justo unos instantes antes de que la puerta del ascensor se abra, centollito dice…
y Mamacentolla sale corriendo a cámara lenta, como en las películas románticas, en pijama y todo, a dar un último achuchón a centollito antes de irse.
¡muas muas muas muas muas requetemuás!
Todos los días, sin faltar uno, durante el último año.
Y desde hace un mes, tenemos un nuevo elemento: tras ese achuchón, cuando hago ademán de volver a casa, centollito dice..
Y entonces ya directamente me derrito entera, ahí mismo delante del ascensor, y me como enterito a mi niño a besos.
Oooh.. pero que linda rutina.. así si claro, viva las rutinas! Confieso que yo soy como tú.. las rutinas no van conmigo.. aunque luego cuando lo piensas todos tenemos ciertas rutinas de esas que salen sin planear. Como al vuestra 🙂 Besotes!
qué imagen mañana más tierna con centollito! yo en este caso pienso como tú, no soy amiga de rutinas tampoco, deseo que llegue el finde para poder romper algunas… pero claro entre semana es un imposible, besos!
Que bonito!! las rutinas creo que para los niños es fundamental, sino se descontrolan, ellos y nosotros! Besos
Con rutinas como esa no me extraña.
Nosotros tampoco somos de rutinas, de hecho no está demostrado que las rutinas en los niños sean ni malas ni buenas, puede que haya quien las necesite. A nosotros nos funciona más seguir las necesidades de nuestra peque.
Un abrazo
Nosotros tampoco somos demasiado de rutinas, mas bien la gorda las va marcando… Oye pero ese ritual es genial no?? No me extraña que lo disfrutéis! Un besazo
Oooooohh!! qué bonito!! Yo prefiero decir que nosotros somos flexibles jejeje, no siempre podemos mantener los mismos horarios, especialmente los fines de semana, además, el peque se adapta la mar de bien a las novedades 😉
Con tu permiso me quedo por tu blog y te invito a conocer el mío
http://yanethpoints.blogspot.com.es/
Saludos
Qué bonicos!! Son unas máquinas de fabricar amor, me parece un ritual fantástico!
Un abrazo
Con esa rutina ya tienes bastante!!! Me encanta!
¿A que mola muestra rutina? jijiji Es verdad que acabamos siguiendo nuestras rutinas de modo involuntario, si al final somos animales de costumbres, nos guste o no… Un beso compi!
Zulema tienes razón, el trabajo y sus horarios nos imponen mucho, y al final queramos o no tenemos que seguir un cierto orden… pero como tú dices, da gusto llegar al fin de semana para descontrolarnos un poquito 😉 Un besote!
Hola Princesa! Bueno, yo creo que un cierto orden es bueno para ellos, les ayuda a ser organizados, y eso cuando llegue el momento de estudiar es bueno, pero de ahí a cronometrar su vida a cada instante… y no, no me llaméis exagerada, que yo lo veo, lo veo de cerca y cada día a la misma hora catolicamente la comida, la merienda, el baño… ¡¡¡ni un minuto de desvío oiga!!! No se, a mí me parece exagerado… yo al menos no estoy mirando el reloj esperando mi hora de comer… Un besote guapa, y felicidades!
Ya sabes Carol, apúntate una así 😉
Yo también veo más lógico seguir las necesidades del peque, que al final es quien sabe si tiene hambre o no, si tiene sueño o no… y si se desmadra ya se le van dando ideas jajajaja. Un besote!
María no se por qué me da, que con tu peque cualquiera se atreve a imponer rutinas… con el carácter que tiene! jijijij El ritual es el mejor del mundo, me quedo todas las mañanas con una sonrisa tonta que me dura hasta la hora del café 😉 un beso!
Yaneth en la flexibilidad está el gusto 😉 yo al menos lo veo así, aunque es cierto que a veces les viene bien mantener los horarios… yo por ejemplo he notado que centollito es mejor que coma el fin de semana a la misma hora que por la semana, porque si le retraso la comida más de media hora se le pasa el apetito y come fatal… y luego ya va todo el día a rastras. Pues nada, cuando come a su hora, y cuando no pues intentamos que no se retrase mucho el asunto.
Me paso por tu blog, que no lo conocía. ¡Bienvenida!
Aish, son lo mejor… qué felicidad verdad? :)))) Un besote!
Si, sólo nos sabemos una pero nos la sabemos bien jijijijiji un besote!
Ainss… estos rituales de amor nos ablandan el corazón y nos dan las pilas del día! Precioso!
Por cierto, me encanta el cambio de tu blog 🙂
Y que lo digas Silvia… eso si que me da energía, y no el litro de café que me tomo! jijiji Un beso guapa!