¿Conoces los síntomas de la varicela? Con la irrupción del coronavirus, parece que el resto de enfermedades hayan desaparecido, especialmente las infantiles. Esto tiene cierta lógica, pues la mayoría se las pasan de unos a otros, con lo que, si no hay contactos, no hay contagios. Pero, con la vuelta a la normalidad, las enfermedades contagiosas «de siempre» vuelven a la palestra, y más vale conocer también sus síntomas, para que no pasen desapercibidas en sus estadios iniciales.
La varicela es una de las enfermedades más comunes en los niños y niñas, pues es altamente contagiosa y aprovecha cualquier debilidad en el sistema inmune de los niños para instalarse. El causante es un virus infeccioso conocido como varicela zoster, que se propaga a través de las pequeñas gotitas que se expulsan al toser y estornudar. La infección aparece al cabo de entre 10 y 21 días después de la exposición. Además de los conocidos granitos, y de la picazón extrema que producen, la varicela suele cursar con fiebre, dolor de cabeza, pérdida de apetito, sensación de malestar general y cansancio.
Síntomas de la varicela en niños
Los primeros síntomas de la varicela en niñas y niños suelen aparecer en torno a diez días después de haber contraído la misma. Durante uno o dos días pueden aparecer malestar general y fiebre, así como ausencia de apetito, y es posible que todavía no observemos ningún granito.
Este tipo de enfermedad tiene la característica de que, en la piel del niño, se pueden presentar máculas y pápulas: las máculas son manchas planas, mientras que las pápulas tienen relieve. Del primer al quinto día, después de las dos semanas de incubación del virus, las máculas son de color rojo e irritan mucho la piel. A menudo, sucede que no es hasta este momento que no damos cuenta de que nuestro hijo se ha infectado; el malestar y fiebre pueden ser causados por muchos virus, así que, mientras no aparece ningún otro síntoma, solemos pensar que se trata de un virus menor. Por eso, cuando tienen fiebre es importante vigilar la aparición de manchas o granitos, que nos pueden dar pistas sobre enfermedades específicas.
En el caso de la varicela, las máculas suelen aparecer primero en el cuero cabelludo, la cara y el tronco, extendiéndose luego hacia el abdomen, la espalda, los brazos, la barriga y los genitales. En pocas horas, se transforman en pápulas y después, en ampollas rellenas de líquido transparente. Las primeras suelen aparecer en brotes sucesivos que se producen en el transcurso de 2 a 8 días. Dado que, para transformarse en costra, la mácula requiere de tres a cuatro días, es típico de la varicela tener al mismo tiempo manchitas rojas, ampollas y costras sobre la piel.
Luego, en el sexto y noveno día, las ampollas se rompen y dejan unos pequeños cráteres con costras de color amarillento o rojizo, que se caen unos días después, dejando una marca que tiende a desaparecer al cabo de 6-12 meses.
Contagio de la varicela
Quizás es la mayor duda que nos surge cuando nuestros hijos pasan la varicela: ¿cuándo deja de ser contagiosa? Pues bien, la posibilidad de contagio se prolonga desde dos días antes de la aparición del exantema hasta que el último granito se ha transformado en costra. Por este motivo, nuestro hijo o hija no podrá regresar al colegio hasta que no le hayan hecho costra todos los granitos que tiene en la piel.
Cuándo acudir al pediatra
Independientemente de que sospechemos de varciela o no, siempre que detectemos en nuestros hijos varios días seguidos de fiebre debemos acudir, y también cuando se descubra algún síntoma inusual en el niño. Particularmente, en el caso de la varicela, se recomienda acudir al pediatra apenas se vislumbren los siguientes síntomas, sin necesidades de fiebre, puesto que son señales de alarma:
- En el cuerpo del niño, se forma una única mancha roja y tensa que provoca dolor.
- El niño se siente confuso, somnoliento y tiene dificultades para despertarse.
- Tiene el cuello rígido.
- Respira o camina con dificultad.
- Vomita repetidamente.
- Hay sangre en las ampollas.
- El niño tiene un picor muy intenso.
- La piel que rodea las ampollas se enrojece o se hincha, o bien se ha formado pues en su interior.
- Aparecen lesiones en los ojos y en la boca.
- La erupción está muy extendida.
Complicaciones de la varicela
La complicación más común en esta enfermedad es la sobreinfección. Esta se produce si el niño o niña comienza a rascarse de forma consistente y algo brusco sobre las erupciones, ya que estas tienden a picar mucho. Esto puede dar lugar a una sobreinfección bacteriana por estafilococo o por estreptococo, que podría requerir tratamiento antibiótico. En este caso, las ampollas en la piel suelen aumentan de tamaño, volviéndose purulentas, están rodeadas de un halo rojo y pueden dejar cicatrices permanentes.
Vacuna de la varicela
En abril de 2016 se incluyó la vacuna de la varicela en el calendario de vacunación español, concretamente se aplica una primera dosis a los 15 meses, y otra a los 3-4 años.
El resto de niños y niñas, si no llegan a pasar la enfermedad, serán vacunados a partir de la edad de 12 años, momento en el que se les aplicarán dos dosis, para evitar que puedan desarrollar la enfermedad en la edad adulta.
Varicela en bebés
Gracias a la vacunación, se está reduciendo notablemente la incidencia de esta enfermedad en bebés. No obstante, en caso de sospecha se debe acudir al pediatra, ya que cuanto más pequeños son, más vigilantes deberemos estar, aunque no es necesario alarmarse.
Varicela en el embarazo
Si estás embarazada y sospechas que puedas tener varicela, debes acudir inmediatamente a tu médico, para que pueda confirmar o descartar esta opción. Esta enfermedad, contraída durante el embarazo, puede ocasionar complicaciones de salud tanto para ti como para tu bebé, con una incidencia distinta en función del momento del embarazo en que se produzca el contagio.
En caso de que tengas contacto con una persona enferma de varicela, debes acudir cuanto antes a tu médico, ya que es posible que te pueda aplicarte tratamiento para reducir las posibilidades de complicaciones. Es importante que mantengas la calma y recuerdes que las posibilidades son eso, posibilidades, no certezas.
Tratamiento de la varicela
Generalmente, y siempre que no surjan complicaciones, el mejor tratamiento para la varicela es el reposo absoluto, por norma general puede durar de 10 a 15 días, aunque es importante mantener al niño alejado de otros pequeños para evitar contagio. En los primeros días, será necesario administrar el antitérmico que el pediatra recomiende, ya sea ibuprofeno infantil o paracetamol. ¡Recuerda que no debes alternarlos!
Un truco para evitar problemas de granitos sobreinfectados es cortar las uñas de los niños bien cortitas, ya que a veces no pueden evitar rascarse, así que al menos reducimos la posibilidad de que se puedan causarse heridas.
Y siempre, siempre , seguir las recomendaciones de su pediatra, nunca se deben aplicar tratamientos «caseros» ni ungüentos sin verificarlo antes, puesto que pueden producir reacciones adversas.