Si hay un año en que septiembre ha sido raro, es sin duda este 2020. Con una vuelta al cole más que en entredicho, debido a los brotes en aumento de coronavirus. Pero, sobre todo, con la incertidumbre y la intranquilidad de no tener respuesta a algo básico e imprescindible:
¿Es seguro que nuestros hijos e hijas vayan al colegio?
O más bien, teniendo clara la respuesta. Y es que, por desgracia, todo apunta a que no, no lo es. Los datos dicen claramente que los lugares cerrados son el origen de la mayoría de brotes. Las restricciones actuales en muchos sitios, limitan las reuniones a 10 personas. Y nos dicen que metamos a nuestros hijos un mínimo de 5 horas en un aula con otras 25 personas. ¿Es que en los colegios tienen un escudo anti covid-19, y no nos lo han contado?
Que si, que tendrán que llevar mascarillas. Esas que madres y madres sabemos perfectamente que se toquetean, recolocan, mueven, quitan, soban y de todo. Porque son niños, y antes de que me vengan con milongas, me canso de ver todos los días a adultos haciendo esto mismo, a muchos adultos… como para que nadie venga a apuntarme que los niños deben aprender. Si claro, ellos y nosotros, todos. Que esto nos ha pillado a todos en pañales, no sólo a ellos.
Que si, que se lavarán las manos o se pondrán gel a menudo. Eso es en teoría, pero luego si vas a la realidad de un colegio, y calculas el ratio de niños por aula, y ya no digamos por baño, pues ya las cuentas no salen, y las opciones de contagio se multiplican, por mucho que se pongan gel cada 5 minutos. De cómo afectará eso a su piel, habramos ya si tal otro día.
Que si, que no les dejarán moverse. Super pedagógico, y super sano, tanto física como psicológicamente.
Que si, que estarán con las ventanas abiertas el mayor tiempo posible, para que la ventilación compense el peligro de estar en un espacio cerrado. ¿Y qué pasará cuando llegue diciembre, y las temperaturas bajen en muchos lugares a -5 o -10 grados, cosa que sucede en muchos puntos de España? ¿o cuando haya temporales de viento, cosa bastante frecuente también?
En serio, ¿en qué mundo vive nuestra clase política?
¿Cómo pueden tener tan poca vergüenza de dejar algo tan importante como lo último de la lista, y resolverlo por la vía rápida a una semana vista de la vuelta al cole, con medidas tan básicas que ni siquiera hacía falta que dijeran nada, porque es que dicta el sentido común?
¿Por qué no hay una inversión fuerte en educación como la ha habido para reforzar las empresas? No quiero ser malpensada, pero quizás si sus hijos tuvieran que enfrentarse a esas condiciones, o ellos mismos, lo verían de otro modo, y prepararían medidas reales que protegieran de verdad de los contagios.
¿Es la educación de nuestros hijos menos importante que la economía?
¿Es la salud de nuestros hijos menos importante que la economía?
¿Por qué no se está valorando todas las consecuencias que tendría un contagio masivo de niños y niñas? ¿O es que están lanzando un órdago, convencidos de que no va a suceder? ¿Qué sucederá si ellos no enferman, pero sí nos contagian a sus madres y padres? ¿Quién los cuidará, los abuelos? ¿y qué pasará cuando se contagien también los abuelos? ¿o si no hay abuelos disponibles?
Demasiadas preguntas sin respuesta, y lo peor, preguntas que creo que ni siquiera se han planteado.
Con apenas unas semanas de cole a las espaldas, no sé vuestra sensación, pero la mía es que esto va a ser un desastre, y que no tenemos nadie, repito NADIE, a ningún nivel político / gubernamental, con la necesaria capacidad, responsabilidad y compromiso como para dar respuestas y soluciones a la altura que esta situación tan compleja requiere.
Y, por si queda alguna duda, me refiero exclusivamente a la clase política, porque no me cabe la menor duda de que colegios (e institutos, universidades…) y profesores está dando el 100% de sí mismos, haciendo lo posible y lo imposible para que las cosas vayan lo mejor posible. Pero, en muchos casos, sin los medios que necesitarían para hacerlo con absoluta seguridad, esos que me consta que en muchos casos y por diversas vías, han reclamado y les han negado.
Que el señor nos pille confesados. Y no soy yo de rezar, pero esto sólo lo soluciona un milagro, porque si es por nuestros gobernantes, la llevamos clara.
Adela
4 octubre 2020Totalmente de acuerdo, yo no he llevado a mis hijas al colegio porque es una auténtica locura lo que estamos viviendo