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Vuelta al mundo con gluten

Hace un par de semanas, cuando escribía un post sobre mi semana entulinea, me dí cuenta de que no os había explicado que mi niño (y de rebote yo)  vuelve a comer con gluten, y los motivos. Así que hoy os lo voy a explicar.

En total mi hijo ha estado cinco años comiendo sin gluten; le hicieron las pruebas con un año y poco, y los resultados fueron negativos, pero la sospecha clínica en ese momento era elevada. Vamos, que en cuanto a sintomatología era un celíaco de libro. Sólo le fallaban dos cosas: no tenía anticuerpos positivos (muchos celíacos dan negativo) y no estar flaco como un palo (cosa lógica porque seguía tomando lactancia materna en mucha cantidad, y eso impedía que estuviera desnutrido).  En aquel entonces comer,  lo que es comer, comía poquito, y tenía muchos problemas digestivos.

Además tenía una dermatitis atópica tremenda, de la que ya os he hablado, y que hacía que se pasara las noches rascándose y sin dormir. Pero nuestro pediatra de entonces no quiso dar importancia a nada, la dermatitis consideraba poco menos que los problemas digestivos eran manías nuestras, y que sólo tenía una dermatitis atópica sin más, y que lo que había que hacer era darle corticoides. Nosotros, tras probarlo y comprobar que no le hacían apenas nada, decidimos que no le íbamos a poner corticoides por todo el cuerpo, y que si el niño estaba bien sin gluten, estaría sin gluten.

Retirar el gluten así es algo que no se debe hacer, lo sé; pero en vista de que no nos tomaban en serio y el peque lo pasaba francamente mal (además de la dermatitis tenía muchas molestias intestinales), decidimos intentarlo. El resultado fue evidente: al cabo de un mes no tenía ni molestias ni dermatitis alguna. Así que en casa decidimos seguir sin gluten, y nos adaptamos al máximo hasta el punto de que, por comodidad, la mayoría de comidas se hacían sin gluten para todos.
Y así estuvo hasta los 3 años más o menos, en que dejó de subir peso, y el pediatra decidió repetir analíticas y mandarle a digestivo. Irónico, en ese momento el niño se encontraba mejor que nunca, llevaba como un año sin comer gluten y dormía genial, comía genial, no tenía problemas digestivos ni de piel… pero como no engordaba, pues ya había que hacer pruebas. En fin… Pero pensamos que si había algo, mejor tener un diagnóstico, sobre todo teniendo en cuenta que pronto iría al colegio.

La experiencia, la verdad, fue pésima. Nosotros les dábamos datos de la clínica y los ignoraban, le querían hacer las analíticas con tan sólo un par de meses tomando gluten… vamos, que desde el principio tuvimos claro que no se estaban haciendo bien las cosas y no íbamos a sacar nada en limpio. El digestivo se empeñó desde el principio en que todo era debido a virus de la guardería… cuando los problemas habían empezado un año antes de ir a la guardería, y de hecho empezó la guardería ya con dieta sin gluten.  Así que bueno… igualmente hicimos las analíticas, y aunque estuvo varios meses comiendo gluten, como temíamos dieron negativo, el digestivo no quiso hacer más pruebas y nos despachó con un alta y diciendo que todo habían sido virus de guardería.

En ese momento no notamos reacción a la ingesta de gluten, así que aún sabiendo que los virus no habían sido la causa, pensamos que quizás había sido una intolerancia temporal. Pero al cabo de varios meses comenzaron de nuevo los síntomas, con una dermatitis tremenda que se agravaba cada semana, solo que esta vez el pediatra ya no nos hizo ni caso. Así que tras varias semanas viendo que iba de mal en peor decidimos retirar de nuevo el gluten.

Así estuvimos hasta hace unos meses, en que empezó a tener de nuevo dermatitis, y aprovechando que habíamos cambiado de pediatra decidimos comentarle el caso y pedirle su opinión. Además de tirarse de los pelos porque el anterior pediatra no nos tomara en serio, nos aconsejó  repetir las pruebas y que lo volviera a valorar un digestivo. Dudamos mucho, la verdad. A mí me costó unos cuantos días sin dormir, pensando en volver a repetir la mala experiencia de que el niño lo pasara fatal y el médico no nos hiciera caso. Y con el  añadido de que a un bebé le das de comer lo que quieras y no se entera (o eso crees tú), pero con seis años ya se dan cuenta perfectamente de lo que están comiendo y de si lleva gluten o no… porque el sabor no deja lugar a dudas.

Pero esta vez valoramos por encima de todo la posibilidad de tener por fin un diagnóstico certero, y también de que podría darse el caso de que fuera una alergia o intolerancia temporal y que por edad ya hubiera desaparecido. Así que aceptamos reintroducir el gluten y repetir las pruebas.

Como la principal manifestación en mi niño era la dermatitis, la digestivo nos indicó que esperáramos a ver reacción, y cuando apareciera, o si aparecía otro síntoma, que fuéramos a hacer analíticas. Pero pasaron las semanas, y la dermatitis no apareció…. así que decidió que no se hacían analíticas, y que en principio todo indicaba que era una intolerancia o alergia que había desaparecido con el tiempo.

Llegados a este punto volvieron las dudas… ¿y si se repetía la misma historia? Era inevitable pensarlo, pues una vez más no le había hecho la ronda de pruebas recomendables. Pero visto que este nuevo pediatra escucha lo que le contamos y se toma en serio el tema, decidimos que mejor ahorrarse las pruebas, y si la dermatitis vuelve seguro que el pediatra es el primero en repetirlas.

Y en esto estamos… disfrutando de nuevo el sabor del pan con gluten. ¿Os podéis creer que al principio nos sabía super raro?

Bromas a parte, poder dejar de preocuparse por el daño que pueda causar la comida es una gran tranquilidad. Aunque parezca mentira, aún es muy complicado seguir una dieta de este tipo, porque hay mucha gente que se cree que «por un poco no pasa nada», «son manías tuyas», o que creen que lo del gluten es aglo que sólo está en el pan. Y aún te lo encuentras en los alimentos más inesperados… En fin,  ¡esperemos que esta vez sea la buena! Aunque una no acabe de bajar la guardia.

Así que, a partir de ahora, mis recetas volverán a ser «con gluten», aunque cuando sean aptas o se pueda hacer versión sin gluten lo indicaré 😉

4 comentarios en “Vuelta al mundo con gluten”

  1. Mónica de Objetivo Tutti-Frutti

    Vaya, la verdad es que menudo lío… personalmente sigo realizando pruebas de alergia porque he tenido varias reacciones concretas, pero no se han mantenido y se sospechaba que era por Ibuprofeno (que suele generar alergias de tipo «permanente»,o también las «raras» que solo afectan «a veces» según el alergólogo) con lo cual creo que es algo que se escapa bastante al conocimiento actual que se tiene de las alergias.

    Mi reacción fue bastante exagerada, creciendo durante 3 días (los días que tomé casualmente ibuprofeno) hasta que fui a urgencias. Los dos mofletes rojos, me ardían (casi literal) y tenía picor en el pecho. Cuando fui a urgencias me pusieron lo típico para las reacciones alérgicas y que pidiera cita para el especialista.

    En el Alergólogo le expliqué que lo único raro que me había tomado fuera un Ibuprofeno cada noche para las contracturas.

    Después me han explicado que los antiinflamatorios derivan todos de la Aspirina. Por lo tanto decidió hacerme unas pruebas tomando trocitos de aspirina, dos mañanas enteras allí, tomando trocitos cada vez más grandes de Aspirina, a ver qué ocurría.

    Nada. Ninguna reacción.

    Después me llamaron para hacer una prueba con Enantyum, y nada tampoco, hoy y mañana tengo que seguir tomandolo… a ver si me hace reacción pero lo dudo.

    En fin… Creo que tiene mucho que ver con todo nuestro sistema nervioso, y el organismo en general, de manera que si nuestro sistema inmune va cambiando, también lo harán las alergias, reacciones aisladas, o intolerancias.

    La experiencia compartida es de gran ayuda Vanesa, como siempre, encantada de leerte.

  2. Diana entrebrochasypaletas

    Me cabrea muchísimo que existan aun pediatras que se toman tantas cosas a la ligera…
    Me alegro que ya podáis volver a comer «normal» y espero que no vuelva a tener un brote.

  3. Lo de las alergias e intolerancia es todo un mundo, y muchas veces cuesta que los profesionales se impliquen.

  4. Soy de la creencia de que la comida es medicina y que todo lo que ingerimos pasa factura. Para bien y para mal. La dermatitis es de las peores enfermedades que he pasado dejándome imposibilitada y sin poder vestirme años, sin dormir y con un estrés rozando la locura. El asma y la dermatitis me venían por razones emocionales (algo que los médicos no quieren ni oír hablar). Mi cura (a los 25) fue trabajar en mis emociones fuertemente, en la alimentación y pensar más en mí. Algo impensable siendo una bebé. Paciencia. Y ánimo, que seguro que conseguís salir de esta. Me encanta tu blog

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